En la Puerta de Orihuela
no quiero, niña vivir;
que el ver pasar tantos muertos
es una pena sin fin.
A los dos extremos de la ciudad amurallada de Murcia existieron desde finales del siglo XVIII a finales del XIX, dos cementerios en activo. El cementerio de Puerta de Orihuela situado en los actuales terrenos de el palmeral del Polígono de La Paz y el llamado de La Albatalía o Puertas de Castilla, ubicado en el hoy denominado carril de Los Lucas, al final del Paseo del Malecón.
El día 1 de noviembre de 1796 fue bendecido el Cementerio de Puertas de Orihuela por el obispo de la Diócesis Victoriano López. En su interior había un Panteón grande destinado a importantes personalidades de Murcia. De igual forma había una Capilla llamada de los canónigos.
El lugar al que nos referimos estaba rodeado de caudales de riego: acequia mayor, menor y brazales. Importante vía de transito hacia la huerta de Murcia comunicando con los pueblos cercanos de Puente Tocinos o Beniaján.
El cementerio de Puertas de Orihuela recibió este nombre debido a la ubicación en el siglo XIII de una de las puertas de la muralla de la Ciudad. El paso de los siglos hizo que su denominación quedara en el colectivo hasta la creación del Cementerio en el siglo XVIII.
Las juntas de sanidad de la ciudad de Murcia cubrían de cal las sepulturas donde eran enterrados los fallecidos por alguna epidemia. Con la llegada del calor y los brotes coléricos, era necesaria dicha actividad para evitar focos de infección.
El recinto sagrado tuvo importantes momentos de ocupación, provocados principalmente por las epidemias y riadas. En el descansaron inventores, artistas como Juan Martínez Pozo, músicos como José Calvo y López, políticos, médicos como Mariano Ruiz Jara y personalidades de la alta sociedad.
El cementerio de Puertas de Orihuela congregó a un importante número de murcianos de todas las condiciones sociales. En momentos concretos del siglo XIX, periodo de mayor actividad, estuvo colapsado por diversos acontecimientos, entre ellos la famosa Riada de Santa Teresa, ocurrida el 15 de octubre de 1879. Por aquellos días el Cementerio quedó completo, por ello se creó una sepultura dedicada a todos los fallecidos en la Riada.
El 7 de junio del año 1887, con motivo de la apertura del Cementerio de Nuestro Padre Jesús en Espinardo, las puertas del Cementerio cerraron para siempre, a pesar de quedar numerosos difuntos sepultados durante décadas.
Texto y documentación:
Tomás García Martínez.
Locución:
Tomás García Martínez.
Fuente:
SEVILLA, A.: Cancionero popular murciano. Murcia: sucesores de Nogués, 1921.
Diario de Murcia. 1 de noviembre de 1899, p. 1.
La Paz. 5 de enero de 1866.
La Paz. 8 de noviembre de 1879.
La Opinión. 1 de noviembre de 2011, p. 7.
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