La primera intervención arqueológica se llevó a cabo en la plaza de Santa Eulalia entre los años 1963 y 1965, bajo la dirección de Manuel Jorge Aragoneses, entonces director del Museo Provincial de Murcia. En ella se puso al descubierto un tramo de la muralla medieval de Murcia, incluido un acceso islámico en la antemuralla y una monumental puerta del siglo XV. Esta excavación fue el inicio de una serie de intervenciones relacionadas con las defensas de la antigua ciudad de Murcia, las cuales continuaron en la década de los setenta hasta nuestros días.
El muro primitivo de la muralla fue roto para construir el Convento del Oratorio de San Felipe Neri, edificado por los frailes que un día el cardenal Belluga hizo venir a Murcia. El muro recortado sirvió de explanación del convento que se alzaba sobre la muralla y que posteriormente, en el siglo XIX, fue adaptado al cuartel de la Guardia Civil.
La especial naturaleza de los trabajos realizados por Jorge Aragoneses y su equipo estuvo condicionada por el propio emplazamiento, el trazado urbano del caserío, el tránsito rodado, y por la complejidad de las estructuras descubiertas. Aspectos técnicos y urbanísticos que llevaron al profesor Aragoneses a la necesidad de salvaguardar todo lo hallado, utilizando técnicas de excavación, análisis químico y conservación de los restos arqueológicos.
La aparición en el subsuelo de la plaza de Santa Eulalia de construcciones defensivas y funerarias de los siglos XII a XV, su rescate y salvaguardia, enriquecieron de manera notable el acervo histórico – artístico de la misma.
El 14 de diciembre se reveló una tercera torre de la muralla principal, de aparejo y morfología semejantes a las dos almorávides que habían sido descubiertas en la plaza de Santa Eulalia. Esta, como aquellas, aparecía defendida por la sitara, por el muro fortificado de vanguardia, provisto aquí de cinco saeteras.
En la segunda quincena del mes de diciembre y durante enero de 1964, los trabajos de excavación pusieron al descubierto en el centro de la plaza de Santa Eulalia una nueva torre, esta vez perteneciente al recinto mudéjar. Con su limpieza, quedó aclarado el carácter del regruesamiento del bastión de ingreso en la sitara almorávide. La importancia de las estructuras descubiertas hizo pensar en su conservación y ulterior acondicionamiento para la visita pública.
Texto y documentación:
Tomás García Martínez.
Locución:
Tomás García Martínez.
Bibliografía:
JIMÉNEZ CASTILLO, P.: Murcia. De la antigüedad al Islám. Tesis doctoral. Granada: Universidad de Granada, 2013.
JORGE ARAGONESES, M.: Museo de la muralla árabe de Murcia. Madrid: Dirección General de Bellas Artes, 1966.
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