De San Fulgencio a San Blas
se florecen los almendros
y para la Candelaria
el tomillo y el romero.
El Barrio de Santa Eulalia siempre tuvo reconocimiento debido a las fiestas de La Candelaria y San Blas. Una fiesta tradicional formada por multitud de actos: verbena, paseo, música y visita a los puestos de dátiles, limas y cascaruja. La Real y Venerable congregación del Dulce Nombre de María estaba establecida en la iglesia parroquial de Santa Eulalia. A primeros del mes de febrero celebraban las fiestas en su honor. El cordón de San Blas era regalado por los novios a sus prometidas, era un gesto devocional para todos aquellos que lo llevaban en su pecho y así protegerse de las enfermedades de la garganta.
Las fiestas cívico – religiosas celebradas el día de la Purificación de la Santísima eran unas fiestas populares en el que los puestos de cascarauja, los pilares de palmito, bendición de candelas, ramos de tomillo, las atracciones para los chicos, marcaban la seña de identidad de un Barrio visitado entre los últimos días de enero y los primeros de febrero.
Todos los años se instalan los típicos puestos de cascaruja y otros artículos, así como modestos establecimientos de venta de cordones e imágenes de San Blas.
Maria, paloma mía,
dice el cantar de febrero
día de la Candelaria
vamos a coger romero.
Texto y documentación:
Tomás García Martínez.
Locución:
Tomás García Martínez.
Fuente:
Diario de Murcia. 13 de febrero de 1887, p. 3.
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