Para bailar las parrandas,
niña, contigo,
me llevan a la casa
de poco trigo.
Revisando documentación, para lo que será el nuevo trabajo discográfico de Mujeres con raíz, di con esta copla documentada por José Martínez Tornel en su Cancionero de finales del siglo XIX. Al mismo tiempo, me di cuenta que la copla la tenia anexada en el documento, que, junto al compañero Jairo Juan García, estoy realizando sobre las seguidillas en la huerta, campo y ciudad de Murcia. Como no podía ser de otra manera, me puse a ver curiosidades sobre esta calle.
La calle de Poco Trigo estaba ubicada en el barrio murciano de San Juan, entre la calle de la Estrella y la del Castillejo. Callejuelas pertenecientes a uno de los primeros barrios cristianos de la ciudad de Murcia, tras la Reconquista del siglo XIII. De este entramado, alrededor de la calle de Poco Trigo, habría que destacar la importancia de la Calle de la Estrella, denominada así en recuerdo a su Hermandad, una institución perteneciente a la iglesia de San Juan. Organización, la de la Buena Estrella, que en su día contó con un importante número de cofrades. En ella se atendía el provecho espiritual, ayudaban a los hermanos cofrades ante cualquier circunstancia compleja. Tal y como indica Javier Fuentes y Ponte, en el interior de la Iglesia de San Juan estaba la capilla de Nuestra Señora del Rosario o de la Buena Estrella, una pequeña imagen de vestir de 74 cm. Esta Cofradía ya estaba activa en el siglo XVII, formada por cofrades masculinos y femeninos, los cuales abonaban una cantidad al entrar a dicha Cofradía, más otra mensual, con la intención de cubrir “viático en público, funeral, entierro y doce misas rezadas”. La Cofradía de la Buena Estrella realizó solemnes funciones, entre ellas, el rosario por las calles de su feligresía, pero con el paso del tiempo, en la época en la que Fuentes y Ponte redactaba su España Mariana, se circunscribían a la novena y canto de Salve “a gran orquesta y numeroso coro” la noche anterior a la fiesta.
En el plano de Murcia facilitado por Pedro García Faria, se puede observar las inmediaciones de la calle Poco Trigo (con la nueva denominación Isabel la Católica).
Las primeras referencias periodísticas que aparecen en relación a la calle Poco Trigo se remontan a los años 30 del siglo XIX, con motivo de la compra y venta de casas. Una calle ubicada en el Barrio de San Juan de Murcia. En 1860 aparecía publicado en el Boletín Oficial de la Provincia de Murcia un listado de nombres dedicados a ejercer industria, arte u oficios en los barrios de la ciudad de Murcia. En la calle de Poco Trigo estaba Josefa Carrillo con el oficio de Abacería. De igual forma habitaba un tejedor llamado José Navarro y D. Gregorio Nieto, así como un tejedor de felpas bajo el nombre de Isidro Coroz. Para el año de 1862 aparecía otro tejedor llamado Antonio Hernández.
Con motivo de la Riada de Santa Teresa, 15 de octubre de 1879, la Huerta y parte de la ciudad quedaron destruidos. A final de año, el Diario de Murcia indicaba entre sus páginas “¡cosa rara! En la calle de Poco trigo han puesto un almacén de este grano, y se vende la fanega del superior fuerte de Castilla a 40 reales. ¡En la calle de Poco Trigo había de ser! – se advierte que este trigo no se ha mojado en la inundación”.
El Barrio de San Juan fue un enclave popular durante el siglo XIX, de los que más gente pobre albergó, sin escuela y sin medios de prosperidad.
Con motivo de las fiestas de San Juan, en las calles del Barrio se organizaban diversos acontecimientos. En la Calle de Poco Trigo hubo música dentro de las fiestas organizadas en el año 1883. Las calles del Barrio de San Juan estaban llenas de arcos de follaje, faroles de colores, alegría y música.
A primeros de febrero de 1884, los vecinos se presentaron en el pleno del Ayuntamiento para leer un escrito solicitando el cambio de nombre de calle. En marzo de 1884 el Ayuntamiento de Murcia concedía el cambio de nombre de la calle de Poco-trigo por el de Isabel la Católica. A raíz de dicho cambio, Martínez Tornel dedicaba su sección “lo del día” del 5 de marzo de 1884 a mencionada calle. Una petición realizada por los propios vecinos ya que vivir en un lugar llamado “Poco trigo” no traía muy buenas señas debido al chiste inoportuno o al comentario. Martínez Tornel indica que a esta calle se le dio tal nombre “por vanidad ruin de los que vivieron en ella hace unos dos siglos” es decir, en el siglo XVII y aún a finales del XIX, venía denominándose de esta forma. En aquel emplazamiento del barrio de San Juan vivían, según Tornel, ladrones acomodados y ricos; los cuales como sucedía siempre pusieron su conato en ridiculizar a un vecino de la calle, que sin ser rico, ni acomodado, sino bastante pobre, conservaba su dignidad con viertas apariencias falsas de desahogo. Este hombre, que siendo pobre vestía mejor que los ricos, empezaron a designarlo con el apodo de Poco trigo, apelativo que transcendió tanto que, no solo se le conoció por él, sino que paso de ser un apodo a nombre de la calle. De todos es sabido la tradición de poner motes a la población en Murcia, por ello, en algunas ocasiones la fuerza del apodo trasciende a borrar del callejero la denominación natural de una calle por el apodo de uno de sus moradores.
Aquel lugar del barrio de San Juan era uno de los puntos negros de la ciudad: miseria, pobreza, discusiones, peleas, asesinatos, etc. El 21 de diciembre de 1884, en plena Navidad, el Diario de Murcia se hacia eco de un escrito enviado por Francisco García “en la calle de Isabel la Católica, antes Poco-trigo, parroquia de San Juan, Nº 31, hay una familia en el cuarto bajo compuesta del marido, mujer y cuatro hijos, estos de corta edad: el cabeza de familia se halla postrado en el lecho enfermo del pecho, por su constante trabajo en la facultad de Zapatero y el uso de instrumento de cornetín en una de las bandas de la ciudad; carece en absoluto de recursos sin tener ni aun prendas para empeñar, cuya precaria situación le hace más extenso, más fuerte su enfermedad”. Ante tal situación, los vecinos estuvieron ayudando a la familia un tiempo, pero la misma situación precaria de los mismos, les impidió seguir con la caridad hacía mencionada familia.
Prensa histórica:
Diario de Murcia. 21 de diciembre de 1884, p. 2.
Diario de Murcia. 1 de enero de 1885, p. 2.
Diario de Murcia. 5 de marzo de 1884, p. 1.
Diario de Murcia. 22 de junio de 1883, p. 2.
Diario de Murcia. 28 de diciembre de 1879, p. 2.
FUENTES Y PONTE, J.: España Mariana. Lérida: Imprensa Mariana, 1880.
MARTÍNEZ TORNEL, J.: Cantares populares murcianos. Murcia: Diario de Murcia, 1892.
Texto y documentación:
Tomás García Martínez.
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