Te vi, nena, hacer un ramo…
era en el Huerto del Conde…
¡Ya no te he vuelto a ver más
ni a Murcia la de las flores!.
La ciudad de Murcia tuvo diversos huertos asociados a imponentes edificaciones señoriales, tal era el caso del Huerto de San José, Huerto de San Pedro, Huerto de los López Ferrer, Manú (en las Puertas de Castilla), Pomares (en San Andrés), Cipreses (en el Malecón), Marín (en la Condomina) o el Huerto del Conde del Valle.
Este Huerto se encontraba en las inmediaciones de la Calle del Cigarral. Un espacio propiedad del Conde del Valle cuidado y mimado por la familia alicantina de los Gosalvez. A finales del siglo XIX el Conde arrendó el Huerto a una familia llegada de Alicante, allí se instalaron a la vera de la acequia. Los vecinos acudían al reclamo aromático y se volvían a sus casas cargados con flores recién cortadas. Un lugar privilegiado atravesado por la acequia mayor Aljufia, visitado por los murcianos durante los días de verano para disfrutar de sus encantos. Hombres y mujeres se bañaban entre aromas de flor. Lugar de inspiración para pintores y escritores como Antonio Oliver, Pedro Sánchez Picazo o Luis Garay. El popular Huerto llegó a convertirse en un espacio para la tertulia al que se daban cita personalidades de la cultura y sociedad de Murcia.
Según la época del año, los maestros jardineros realizaban trabajos destinados a particulares o colectivos. De esta forma durante las fiestas de primavera, confeccionaban adorno floral para las carrozas de la Batalla de las Flores. Durante la festividad de Todos los Santos preparaban coronas y crisantemos para los cementerios.
El jardinero del Huerto a finales del siglo XIX era Antonio Gosalvez, un maestro en el trabajo de la flor natural. Por aquel tiempo la prensa regional de Murcia hacia mención a su habilidad por el bello adorno realizado al <<paso>> del Ángel, propiedad de la Cofradía de Nuestro Padre Jesús.
A este Huerto del Barrio de Santa Eulalia acudían los señores encargados de tirar flores en la recién instaurada Batalla de las Flores de Murcia. Los ramos confeccionados por los operarios se elaboraban para el uso y disfrute de las personalidades encargadas de realizar este festejo.
Entrado el siglo XX el Huerto del Conde ofrecía la posibilidad de adquirir coronas, plantas de salón, jardinería, y un amplio abanico de trabajos en flor, sin duda alguna el primitivo emplazamiento con el paso del tiempo se fue profesionalizando.
Texto y documentación:
Tomás García Martínez.
Locución:
Tomás García Martínez.
Fuente:
Diario de Murcia. 5 de abril de 1898, p. 2.
Provincias de Levante. 31 de marzo de 1902, p. 3.
Vicente Medina. “Murcia, la de las flores”. Norma. 1931.
Levante Agrario. 8 de septiembre de 1935, p. 9.
La Verdad. 25 de octubre de 1940, p. 3.
Línea. 16 de octubre de 1941, p. 2.
Línea. 3 de octubre de 1980, p. 15.
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