Todos le llevan al Niño
yo no tengo que llevarle,
las alas del corazón
que le sirvan de pañales.
(copla popular, Murcia 1879)
La iglesia católica celebra el 25 de diciembre la Natividad de Nuestro Señor Jesucristo. Cercano a este día de Pascua las bodas se hacían efectivas entre huertanos y huertanas a los que la luna de enero, considerada como la más hermosa del año, les esperaba deseosa de recibirles en su recién estrenada alcoba.
El 27 de diciembre, la hermandad de albañiles, cerrajeros y otras clases mecánicas, realizaban función religiosa dedicada al Ángel de la Guarda en la parroquial de San Nicolás. Los hermanos de mencionada institución se reunían para rendirle culto a través de la Misa (y algún que otro chato de vino).
Los ciegos del barrio de San Pedro, salían en cuadrilla pidiendo el aguilando en honor a la Cofradía de Nuestra Señora de la Presentación. Las cuadrillas infantiles aporreaban los portales de las casas solicitando el aguilando con cacharros, latas y botellas.
Los pastores y zagales
caminan hacia el portal,
llevando llenos de frutas
los cestos y el delantal.
(copla popular, Murcia 1879)
La Virgen quiso sentarse
al abrigo de un olivo,
y las horas se volvieron
a ver al recién nacido.
(copla popular, Murcia 1879)
En la Huerta cruzaban las sendas y veradas cuadrillas de aguilanderos, alegrando las viviendas de los partidos, echando coplas de aguilando, promoviendo bailes de jotas y malagueñas y obteniendo dádivas para las Ánimas Benditas. Los bailes de inocentes, tanto en la huerta de Murcia como en la propia ciudad, eran organizados por las hermandades de ánimas o del Rosario, con la intención de reunir a los parroquianos entorno al baile de jotas y malagueñas.
El final del año se recibía con ilusión, jugando a los adagios y en reunión con la familiares y parientes.
Como ocurre todos los años “la Pascua se va y se viene” en un abrir y cerrar de ojos y más aún este año, segundo consecutivo de pandemia, donde las restricciones y el aumento de casos, siguen impidiendo que todos y cada uno de nosotros podamos celebrar la Navidad como antaño.
Texto: Tomás García Martínez, diciembre 2021.
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